Ambas conviven en mí y a veces una predomina sobre la otra. Cuando hago deportes, cuando discuto, cuando analizo y razono, viene el sol. Cuando entro en contacto con mis emociones, cuando duermo, cuando sueño despierta y cuando hago actividades creativas y artísticas, viene la luna. Pueden desequilibrarse, y que una sea mucho más activa que la otra, y ahí está el problema, porque en su equilibrio está mi salud.
En el cuerpo, la energía solar predomina en el lado derecho y la lunar en el izquierdo. La parte delantera del cuerpo es más solar, y la parte posterior más lunar. Por eso es muy normal sentir toda la "carga" de lo que no podemos resolver en la espalda y en el cuello.
Hatha significa: Ha es sol, y Tha es luna. Yoga es unión. Hatha Yoga sería la unión de la luna y el sol. La unión de mis aspectos femeninos y masculinos, negativos y positivos. La integración de los extremos. El Hatha Yoga me demuestra que uno es femenino y masculino A LA VEZ, y que uno es casi todos los extremos a la vez.
Esto es la integración de nuestra sombra. Aceptar que uno es bueno y malo a la vez, lindo y feo, trabajador y vago, generoso y tacaño, inteligente y tonto, masculino y femenino, que un adjetivo nunca niega el otro, al contrario, lo crea. Es muy común identificarnos con ciertas características, las que nos parecen "aceptables", y negar las contrarias. Esto sólo crea una sombra, un aspecto nuestro no reconocido que nos desintegra y no nos permite ser completos.
En la integración y la aceptación de todos los aspectos de mi ser, está el autoconocimiento profundo.
Namaste (lo sagrado que hay en mí saluda a lo sagrado que hay en vos).