Muchas veces hablamos del significado de Yoga: unión. Unión de mi cuerpo con mi mente y mi alma. Cuando lo que hago, lo que pienso y lo que siento están integrados, están en armonía, en equilibrio. Practico un conjunto de técnicas para ser una persona cada vez más integrada y feliz.
En Hatha Yoga buscamos aceptar y unir nuestra naturaleza femenina y masculina, la unión simbólica del sol y la luna. La luz y la oscuridad, las energías opuestas en nuestra vida.
Aprendemos a conectarnos con el cuerpo a través de las asanas. Aflojamos tensiones, nos relajamos, nos volvemos más fuertes y flexibles, nos sentimos rejuvenecidos, más sanos. Aprendemos los beneficios de respirar por la nariz, y a través de la consciencia de la respiración movemos la energía y "limpiamos" nuestro cuerpo astral, el cuerpo energético, más sutil que el físico. Con la meditación calmamos la mente y armonizamos el espíritu; aprendemos a estar plenamente presentes y plenamente conscientes de todo a la vez.
Esta gran "limpieza general" va pasando sin que nosotros lo decidamos, la sola práctica honesta y comprometida hace que todo lo demás ocurra, no podemos evitarlo. Es como cuando barremos el piso de un cuarto sucio: sólo por la acción de barrer, el suelo va a estar más limpio. En yoga muchas veces somos conscientes del acto de barrer, y no tanto de la limpieza que el hecho de barrer está generando.
Normalmente, si barremos con regularidad, llega un momento en el que notamos nuestro "cuarto" mucho más limpio y ordenado, pero también suele pasar que comenzamos a notar algunos sectores sucios de la sala que antes no habíamos percibido. Claro, en un cuarto completamente desordenado y sucio no es tan fácil ver la capa de polvo sobre el mueble, pero si estamos en un cuarto perfectamente limpio, inmaculado, nos molesta cualquier pelusa.
Sólo cuando nuestro ser está más sano y más limpio de impurezas, tanto físicas como espirituales, comenzamos a notar las cosas que nos hacen mal, que no nos gustan de los demás, de nuestra vida, de nuestra realidad. Que el trabajo es aburrido, que ésta persona es una loca, que tal otra es agresiva, que ella es impaciente, que él es competitivo, todos son egoístas. Hasta podemos sentir que somos más intolerantes que antes. Nosotros, que hacemos yoga y nos sentimos tan bien, notamos lo mal que está nuestro entorno. De pronto, la vida cotidiana se vuelve difícil de tolerar, y sólo queremos ir a la práctica de yoga para estar con nosotros mismos, sabiendo lo bien que nos sentimos cuando la mente se calma y la respiración profunda produce un bálsamo para el alma.
Esto fue más o menos lo que a mí me pasó cuando empecé a tener una práctica más o menos regular de yoga. El mundo se volvió contra mí. Yo sentía que me elevaba en el camino de la iluminación y que todos a mi alrededor se habían convertido prácticamente en animales. No soportaba los comportamientos de la gente en la calle, de algunas amigas, de mis compañeros de trabajo, veía el error en todos los demás.
Con la ayuda de mi maestro en ese entonces entendí que, lo que en realidad me estaba pasando, era que estaba entrando en contacto con mi sombra, haciendo consciente parte de mi inconsciente.
Qué es esto de la sombra? La sombra es un concepto formulado por Carl Jung, psicólogo discípulo de Freud, que decía que la sombra eran todos aquellos aspectos de nuestra personalidad que no estamos dispuestos a reconocer como parte de nosotros. Características ocultas a nosotros mismos, nuestra propia "suciedad". Y cómo se rebelan estos aspectos? A través de todo lo que se manifiesta a nuestro alrededor. Todo aquello que se genera a nuestro alrededor, que nos afecta, que odiamos o nos fascina, es parte de la sombra. Y sólo al aceptar a los demás, nos aceptamos a nosotros mismos.
Todos tenemos un conjunto características que forman nuestra personalidad, que son valoradas por nosotros mismos -en muchos casos con influencia sociocultural- como positivas o negativas. Por cada característica positiva que vamos desarrollando, se genera la característica opuesta -negativa- como parte de nuestro inconsciente. Entonces, si desarrollo gran generosidad en mi consciente, automáticamente la avaricia pasa a mi sombra, y generalmente cuesta mucho aceptarla. Entonces toda la vida me voy a esforzar para hacer cada vez más visible mi generosidad, y más oculta mi avaricia para los demás, pero sobre todo para mí misma. Si soy una persona taaaan generosa, cómo voy a ser avara!
Los aspectos que habitan mi sombra, que no son ni más ni menos que la otra cara de los aspectos que habitan mi lado luminoso, son difíciles de aceptar. Vaga yoooooo? Superficial yoo??? Agresiva yo?
Sólo una vez que acepto que soy pacífica y también agresiva, puedo hacer algo con mi agresividad. Esto no significa que voy a salir a matar gente por la calle o que voy a dar rienda suelta a cualquier insulto que me plazca, pero sí que voy a intentar encauzar mi agresividad en actividades como deportes, música, o cualquier actividad que libere un poco de toda esa energía agresiva que es parte de mí y que la reconozco. Al aceptar, al verbalizar, al llevar a la luz, la sombra pierde su fuerza.
Comprendiendo esto, cuando creamos que estamos en el momento de empezar a hacer un trabajo profundo sobre nosotros mismos, podemos preguntarnos:
Qué cosas me fascinan de los demás? Qué cosas odio de los demás?
En lo personal, yo elijo responder estas preguntas con listas, ya les conté que amo hacer listas y escribir, la palabra escrita me ayuda a bajar las ideas abstractas de mi mente, entonces yo prefiero las listas, pero cada uno se responde como quiere, con dibujos, pensamientos, powerpoints o en charlas de café.
En general, las respuestas a las cosas que nos fascinan de los demás, son fáciles de reconocer en nosotros mismos, pero qué pasa con las cosas que nos fastidian de los demás? Las cosas que odiamos, que nos sacan de quicio, que nos parecen fuera de lugar, propias de "los otros" y no de "los nuestros". Las reconocemos en nosotros? Sí, me fascina que alguien sea honesto, por supuesto que yo reconozco la honestidad en mí misma. Pero cuando me molesta que alguien sea impuntual, que use mi tiempo sin pedirme permiso, me es tan fácil reconocer que yo lo hago a los demás?
Sólo lo que se acepta en los demás se acepta en uno. Y es la iluminación de nuestra sombra la nos libera, y nos da herramientas para trabajar con las partes de nosotros mismos que nos hacen infelices. Se trata de, con paciencia y sentido del humor, sin juzgarnos ni ser demasiado auto-exigentes, empezar a preguntarnos qué es lo que está afuera que refleja lo que está adentro, y cómo puedo hacer para reconocer y aceptar esos aspectos de mí mismo. Y una vez que reconozco, qué puedo hacer para que esa característica incluida en mi personalidad, me permita ser feliz.
No es fácil, y no creo que sea un trabajo que se termine en algún momento. Como la gran mayoría de las técnicas de autoconocimiento, se practican de forma constante y a lo largo de toda la vida. Se trata sólo de seguir limpiando, día tras día, un poquito más profundo cada vez.
Namaste.