En la primer entrada del 2014, completamos la introducción a los chakras con los cuatro superiores:
4. El cuarto chakra es Annahata, ubicado en el centro del pecho, donde se balancean los tres centros de energía inferiores y los tres superiores. Es de color verde y su elemento es el aire.
Su órgano sensorial es el tacto, e influye en todo el pecho y la espalda dorsal, en los pulmones y el corazón, en la energía vital, el prana. Desde este chakra se distribuye el prana hacia todo el cuerpo. Con Annahata equilibrado tendremos una energía vital balanceada, que se expande en todas las direcciones y nos permite vivir en armonía interna y externa. Se equilibran las energías femeninas y masculinas, y por eso se pueden resolver también los vínculos con los demás, todas las relaciones se vuelven sanas y puras. Los sentimientos y las emociones también se equilibran.
Las personas con Annahata en armonía irradian calma y buena energía y pueden ser fuente de inspiración para otros.
5. Vishudda Chakra es el quinto centro de energía, localizado en la garganta. Se lo representa con color azul, y posee el elemento aire y éter (considerado en India el elemento más sutil de la naturaleza) propicios para producir sonido. Aquí se genera lo que expresamos, y lo que queda sin expresar. El exceso o la carencia de expresión y comunicación verbal y no verbal puede provocar desequilibrios en este chakra.
Vishudda equilibrado lleva a la autoconfianza, a la pureza, a la serenidad, a la comprensión y a la correcta expresión.
Su órgano sensorial es el oído, e influye en nuestra garganta, cuerdas vocales, cuello y toda la boca.
6. Ajña Chakra es el chakra del entrecejo, de color violeta, y es donde todos los elementos de la naturaleza en estado puro se unen. En el entrecejo se unen los nadis ida y píngala en sushumna, equilibrando las energías femenina y masculina de la persona. Estamos ante la puerta a la intuición, a la sabiduría más profunda del ser. El que se concentra en Ajña logra calmar la mente y entrar en los deseos espirituales más profundos. Si se medita en el sexto chakra, se unen las polaridades, se trasciende la dualidad y finalmente se comprende el significado de todo conocimiento espiritual. El yogui que vive en este chakra se mantiene en estado de samadhi.
7. Sahasrara, el séptimo chakra, situado sobre la coronilla, suele ser representado como un círculo blanco simbolizando la luna llena, o como un loto de mil pétalos de todos los colores. Si un yogui domina este chakra, se ilumina y se convierte en un ser divino.
Así como el primer primer chakra tiene más que ver con nosotros como seres terrenales, el séptimo chakra es la energía más espiritual que encontraremos en nuestro ser.
En resumen, todos los chakras influyen en diferentes aspectos de nuestro ser, pero ninguno es independiente de los demás. Podemos percibirnos como un todo y como cada elemento a la vez.
Namaste.
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