Hoy les quiero compartir un texto que escribí hace un tiempo cuando recordaba el viaje que hice con mi pareja por India en el 2013.
La India es mujer y está loca. Es mujer porque, como los dioses hindúes, en sus miles de años de cultura ininterrumpida atravesó la masculinidad, para llegar a dominar su femineidad sutil y espiritual. Está loca porque vive en un ataque de histeria y confusión constante, en movimiento sin saber bien para qué ni para dónde. Está herida y está feliz, acepta lo que le toca.
Mi primera sensación cuando llegué a Nueva Delhi fue: India te amo. Seguida de una inevitable saturación de los sentidos. Podía oler al mismo tiempo un incienso riquísimo o una comida con especias, y algo desagradable como basura, deshechos de la vaca o a la vaca misma (las vacas son sagradas en India y viven en las calles sueltas y en convivencia con todo lo demás). Veía una hermosa mujer vestida con un sari colorido, y cuando la miraba mejor, la mujer tenía la mitad de la cara quemada, tan bella y tan fea a la vez. En un mismo paseo observaba desde la pobreza más extrema hasta los palacios más increíbles. Les muestro algunas fotos:
![](https://fbcdn-sphotos-h-a.akamaihd.net/hphotos-ak-frc3/t1/935031_10151407945222479_1609647706_n.jpg)
![](https://scontent-a-iad.xx.fbcdn.net/hphotos-ash2/t1/309926_10151407947267479_1969261643_n.jpg)
![](https://fbcdn-sphotos-a-a.akamaihd.net/hphotos-ak-prn1/t1/601910_10151407950102479_992571009_n.jpg)
![](https://scontent-b-iad.xx.fbcdn.net/hphotos-frc3/t1/p206x206/998012_10151488745697479_2051466886_n.jpg)
El estímulo exterior es tan grande, que se dice y con mucha razón que la India te devuelve lo que está en tu interior.
Por ejemplo: un día me levantaba irritada, y me encontraba en medio de cientos de estímulos externos para enojarme. Nada funcionaba, hacía calor, los comerciantes me querían cobrar de más, todo el mundo nos daba indicaciones aunque no tuvieran ni idea de lo que les estábamos preguntando, por lo que más de una vez terminábamos perdidos en un callejón imposible.
Por ejemplo: un día me levantaba irritada, y me encontraba en medio de cientos de estímulos externos para enojarme. Nada funcionaba, hacía calor, los comerciantes me querían cobrar de más, todo el mundo nos daba indicaciones aunque no tuvieran ni idea de lo que les estábamos preguntando, por lo que más de una vez terminábamos perdidos en un callejón imposible.
Si otro día me levantaba armoniosa y en paz, percibía la armonía y el equilibrio que hace que, por ejemplo, las motos circulen sin chocar en medio del caos de tránsito, recibía palabras amorosas de extraños siempre dispuestos a ayudar, encontraba mercancías increíbles a precios irrisorios...
Ella me reflejaba sin condiciones, como un espejo de miles de colores que siempre tiene algo de razón. Con el tiempo aprendí que para pasarla bien en India, tenía que estar equilibrada internamente.
Algunas impresiones sobre la sociedad y la cultura...
Socialmente la India es tan compleja que creo que no alcanzarían años viviendo allá para entenderla. Es un país de 1100 millones de habitantes en la actualidad, pero lo que la hace tan compleja y rica es que ha sido habitada constantemente por más de 5000 años, y su cultura puede haberse transformado, pero nunca ha sido devastada como ocurrió con otras civilizaciones. En India se hablan cientos de idiomas y dialectos, hay varias religiones y grandes diferencias culturales y sociales. Tenemos que tener en cuenta que es un país unido hace tan sólo 80 años, cuando antes convivían en todo el territorio distintos reinados con sus maharajas, los reyes, que gobernaban con poder absoluto.
En todo momento me preguntaba cómo podía ser que toda esa gente viva en paz, que no haya grandes guerras civiles, con los niveles de pobreza que hay.
Y los sociólogos deben haber estudiado el tema, yo sólo tengo mis impresiones y el haber charlado con la gente en el poco tiempo que estuve allá. Creo que la respuesta es que es un pueblo de naturaleza pacífica. Siempre lo fue. Es un pueblo que acepta su destino, acepta su realidad sin cuestionarla. Es un pueblo que cree en el destino y en el poder de los dioses. Es un pueblo religioso, sea cual sea la religión a la que pertenezcan, tienen fe ciega. Es un pueblo que cree que en esta vida se le presentarán pruebas que deben superar y que, generando buen karma, en la próxima vida les irá mejor. Creen en la rueda de reencarnaciones, en Samsara.
Es una cultura que separó a las personas en estratos sociales, en castas que, si bien están prohibidas por ley, en la práctica siguen teniendo la misma vigencia que siempre. Las castas dan valor a la persona, y son aceptadas de una forma que para nosotros es inconcebible. Como si por divino deseo uno sea mejor o peor que otro desde el nacimiento hasta la muerte. Una marca reconocida por todos e ignorada por nadie. Una realidad aceptada.
Y los sociólogos deben haber estudiado el tema, yo sólo tengo mis impresiones y el haber charlado con la gente en el poco tiempo que estuve allá. Creo que la respuesta es que es un pueblo de naturaleza pacífica. Siempre lo fue. Es un pueblo que acepta su destino, acepta su realidad sin cuestionarla. Es un pueblo que cree en el destino y en el poder de los dioses. Es un pueblo religioso, sea cual sea la religión a la que pertenezcan, tienen fe ciega. Es un pueblo que cree que en esta vida se le presentarán pruebas que deben superar y que, generando buen karma, en la próxima vida les irá mejor. Creen en la rueda de reencarnaciones, en Samsara.
Es una cultura que separó a las personas en estratos sociales, en castas que, si bien están prohibidas por ley, en la práctica siguen teniendo la misma vigencia que siempre. Las castas dan valor a la persona, y son aceptadas de una forma que para nosotros es inconcebible. Como si por divino deseo uno sea mejor o peor que otro desde el nacimiento hasta la muerte. Una marca reconocida por todos e ignorada por nadie. Una realidad aceptada.
En esta vida nos ha tocado tal o cual cosa, y sólo generando un buen karma, en la próxima encarnación tendremos una vida mejor. Si nacemos hindúes, una de las religiones de la India, es porque nos lo hemos ganado en vidas anteriores, no por casualidad. Nadie puede convertirse al hinduísmo, porque es un beneficio con el que se nace gracias a mucho trabajo en vidas anteriores, es un beneficio generado por el buen karma.
La India me decepcionó por el hecho de ser machista, retrógrada, discriminadora. Es una sociedad donde la homosexualidad está prohibida por ley y muchísimos matrimonios todavía son arreglados. Donde a la mujer prácticamente se la "vende" al mejor postor. Me producía rechazo el deseo sexual con el que me miraban los hombres en la calle, por tener su sexualidad tan reprimida. Me dieron pena las pocas libertades que tienen los jóvenes para tomar decisiones por su cuenta, porque todo supone una ofensa o un orgullo para toda la familia. Me impactó la poca conciencia generalizada del medio ambiente, donde se consume plástico de a toneladas y se tira a la calle sin el menor recaudo (aunque entiendo que es falta de educación, porque el plástico existe hace poco y reemplazó los materiales ecológicos que se usaban antes, como las vasijas de barro).
La India me produjo admiración por su gran voluntad y fuerza para salir adelante. Por la amabilidad de la gente, porque tienen una inocencia innata como si estuvieran todos en constante contacto con su niño interior, como si no hubieran crecido. Como si las tiranías de nuestra sociedad occidental en verdad nunca los hubiesen alcanzado. Admiro el respeto que tienen por las familias y por las tradiciones. Admiro su fe, aunque generalmente no la comparta. Admiro su paz, su espiritualidad, y su capacidad de vivir en el perfecto caos de un país al borde del precipicio y hacer equilibrio constantemente. Admiro su historia de supervivencia, su cultura rica en arte, música, arquitectura, narraciones, comida.
Amé a sus mujeres, tan bellas ellas y reprimidas. Tan amables y compartiendo con nosotros los occidentales sus bebidas, comidas, charlas y a veces sólo alguna mirada cómplice. Tan metidas en su mundo femenino y secreto. Cómo soñaba con haber vivido otra vida en la zenana, la parte de los antiguos palacios reales donde sólo convivían las mujeres y los niños, las esposas y concubinas de los maharajas. Cuando visitaba los palacios, siempre fantaseaba con que acá se escondían los secretos más profundos de la cultura India, custodiados por las guardianas en saris.
Cuando me preguntan si recomiendo ir a India a pesar de la pobreza y las limitaciones culturales, no dudo ni un segundo un SÍ rotundo. Es un mundo distinto, es un mundo que nos abre la cabeza y nos enriquece por ser tan diferente a nosotros. Es un viaje al interior y al pasado, es aprendizaje puro. Volvería una y mil veces si pudiera!!!
Cuando estuvimos en India nos hicieron una nota para una radio de un conocido. En el momento me dio mucha vergüenza, pero hoy la escuché de nuevo y me di cuenta de que me traslada de nuevo a ese día, uno de los últimos días de nuestro viaje. La comparto con ustedes, van a escuchar la mayor parte del tiempo hablando a mi pareja, Santiago -que es periodista y estaba en su salsa- y yo sólo un ratito medio obligada. La entrevista dura 45 minutos. Espero que la disfruten!
Muy bueno todo lo que cuentan en la nota. Además de lo que escribiste Julieta. Para reflexionar.
ResponderBorrarMuchas gracias Nilda! Espero que estés muy bien. Un beso grande.
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